La temperatura ideal del vino

Por Coviman En General

13

Feb
2020

Para disfrutar de un buen vino es indispensable que se sirva a la temperatura adecuada. Esto en ocasiones puede resultar bastante subjetivo, ya que cada persona tiene un paladar distinto y sus propias preferencias. Sin embargo, existen una serie de normas que deberíamos tener muy en cuenta. Si quieres conocerlas, no te pierdas nuestra entrada de hoy.

Vino tinto

La temperatura perfecta para disfrutar de un vino tinto varía en función de la crianza. Los caldos jóvenes son más ácidos y presentan menos taninos, por lo que se recomienda servirlos sobre los 9º. Los vinos de mayor añejada, que están al menos 6 meses en barrica y otros tantos en botella, elevan su temperatura hasta los 15º. Mientras que los reservas y grandes reservas se pueden degustar a 17º, algo que nos permite detectar todos los matices de estos caldos de excepcional calidad.

Vino blanco

Aunque está muy extendida la idea de que los vinos blancos se pueden consumir más fríos que los tintos, en realidad todo depende de la variedad que usemos. En este sentido, los vinos blancos dulces como el moscatel o el Pedro Ximénez se pueden servir a 8 grados. Los vinos blancos jóvenes ascienden hasta los 10º y aquellos que han madurado en barrica se sitúan en torno a los 12º.

Vino rosado

Los vinos rosados se suelen tomar muy frescos, sobre los 9 y 12 grados. Este nivel de temperatura es ideal para disfrutar de los taninos y todas las tonalidades de su finura.

Vino espumoso

¡Seguimos bajando! Los vinos espumosos como el cava o el champán requieren bastante frío, aunque nunca deberíamos pasar de los 6 u 8 grados. Acertar con la temperatura correcta es esencial en estos caldos, ya que afecta a la formación de las burbujas y su aroma.

Vino de jerez

Y acabamos la entrada de hoy con los vinos de jerez, que son tan variados que resulta muy complicado establecer una temperatura para todos. Los más exigentes son los finos y manzanillas, que por norma general se sirven muy fríos sobre los 5 y 7 grados. Y en el otro extremo tenemos los caldos más envejecidos, que se aconsejan consumir en torno a los 15º.